viernes, 17 de marzo de 2017

No quiero este amor moderno donde todos se conforman; quiero enamorarme de verdad.



Cuando le comenté a unos conocidos que yo creía en el amor duradero y que me imaginaba labrando un futuro con la persona que amo, me trataron como si estuviera fuera de moda o chapada a la antigua. Uno de ellos me dijo: “la vida es demasiado corta como para engancharse con una sola pareja para toda la vida, lo mejor es probar aquí y allá y disfrutar de los placeres, en vez de complicarse la vida con una relación estable”.

Me encantaría haber nacido en tiempos anteriores, en los cuales los valores aún eran estimados y el amor se consideraba cosa seria. En aquellas épocas, la gente no se trataba como si fuera desechable y las relaciones eran más sólidas. Hoy, amar es como comprarse un chocolate: le quitas la envoltura, te lo comes, y listo, vas por otro.

El amor se ha vuelto una mercancía. Los sentimientos se han hecho a un lado y ahora sólo importan los placeres fugaces. Las personas se enamoran tan fácil como se desenamoran, como si el amor fuera algo de usar y tirar. La verdad no entiendo a la gente, se queja de soledad pero no está dispuesta a entregarse totalmente.

Hoy, a la gente le preocupan cosas demasiado superficiales. Que si a la batería de mi teléfono se le está terminando la carga, que si no tengo señal de Internet, que si Fulanito me bloqueó del Facebook. Y lo peor, ya nadie se compromete a vivir una relación seria, donde ambas partes se esfuercen por construir un amor sólido. Yo no quiero eso. Yo quiero enamorarme de verdad, enamorarme de una persona que no crea que con decirme “qué bonita estás” ya voy a caer rendida; no, yo quiero alguien que esté dispuesto a entregarse, que se interese en mi vida, mis proyectos, mis sueños, mis anhelos más profundos… y, obvio, que me comparta los suyos.

Deseo a alguien que quiera edificar un amor conmigo todos los días, que me quiera conocer de cabo a rabo, que quiera despertar a mi lado y que me adore aunque yo esté en pijama, toda ojerosa y despeinada. Alguien que esté conmigo en las buenas y en las malas, que no me abandone a la primera de cambio. No quiero este amor de tiempos modernos, donde tener un like en una foto vale más que una caricia, que un beso romántico. Quiero un amor verdadero, que me eleve hasta las nubes pero que tenga los pies bien puestos sobre la tierra.

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