Puedes mejorar en el cuidado de tu persona en tan solo un minuto.
Cuando se trata de una vida sana y holística, todos sabemos que aprender a amarnos a nosotros mismos es esencial. Después de todo, si no podemos mostrarnos un poco de amor, ¿cómo podemos extenderlo o esperarlo de los demás?
Sin embargo, para aquellos de nosotros que luchamos con el amor propio, practicar la atención plena, la gratitud y el autocuidado puede sentirse abstracto y “falso”. ¡Tranquilo! Sólo un pequeño cambio cada día (sin pensarlo demasiado) puede producir beneficios impresionantes en tu autoestima.
¿Mi gran secreto? Fingirlo. A través de múltiples estudios, la investigación muestra que aquellos que participan en actividades intencionales y positivas como expresar gratitud o practicar la bondad, pueden aumentar su felicidad con el tiempo, especialmente cuando están motivados a sentirse más felices. Sigue leyendo estás 3 prácticas sencillas para conseguir tu camino hacia el amor propio.
1. Di “gracias” cuando alguien te ofrece algo
Este es un gran lugar para comenzar, porque en realidad no tienes que iniciar nada. Sólo estás reaccionando. Cuando alguien te felicita o reconoce algo que aprecia ti, da las gracias. Requiere que optes por salir de la conversación para tener tiempo de desviar elogios. ¿Cuándo fue la última vez que amablemente aceptaste la bondad de alguien sin calificar, minimizar o rechazar su verdad?
Algunos ejemplos que puedes practicar:
“¡Ese informe que escribiste fue excepcional!” – Gracias. Aprecio que lo hayas notado.
“Tu cabello se ve tan bonito hoy.” – Qué lindo elogio, gracias.
Al sentirte cómodo con decir “gracias”, cultivas un sentido de gratitud que disminuye tu probabilidad de depresión o envidia y fortalece tus conexiones sociales. La duda de ti mismo proviene de la inseguridad impulsada por el fracaso o el rechazo, la ansiedad social o el perfeccionismo. Aunque puedes sentirte incómodo por recibir palabras amables, tu salud mental y emocional dependen de ello.
2. Programa una revisión de un minuto
Haciendo una pausa en el medio día para centrarte completamente en ti misma te permitirá reenfocar el caos y el estrés de tu vida cotidiana. También te dará una oportunidad concreta de evaluar estadísticas vitales: tu nivel de energía actual, señales físicas como la frecuencia cardíaca o la sensación de rubor, y emociones como la culpa o la humillación, que de lo contrario pueden pasar inadvertidas y convertirse en sentimientos más fuertes de ira, o de agotamiento.
Practica esto donde y cuando te sientas menos. La única regla es que dediques el minuto completo a verificarte; no se permite la multitarea.
Enfócate en tu respiración. Y pregúntate lo siguiente: ¿Cuál es mi nivel de energía ahora mismo? ¿Cansada, agotada, alerta, comprometida? ¿Cómo se siente mi cuerpo? ¿Estoy relajada, tensa, hambrienta, con dolor? ¿Qué emoción(es) siento ahora mismo? Entusiasmo, ambivalencia, miedo, alivio, otros?
La mayoría de nosotros pasamos la mayor parte de nuestros días funcionando en piloto automático, rara vez haciendo una pausa para tomar nuestro pulso. Al tomar un minuto de tu día ajetreado para hacer esto, practicarás la atención plena, lo que reduce la fatiga, mejora la concentración y la memoria, y altera la estructura del cerebro para debilitar las conexiones biológicas de miedo y estrés.
3. Cumplir una necesidad personal
¿La captura? Debe ser una de tus necesidades. Compañeros de trabajo, amigos, compañeros, niños. Nuestras vidas están entrelazadas con una compleja red de relaciones, cada una presentando sus propias (a menudo urgentes) necesidades. ¡Y satisfacer esas necesidades es bueno! Pero también tienes que tomarte un momento para atender tus necesidades.
Aprender a satisfacer tus propias necesidades es una habilidad valiosa que muchos de nosotros a menudo pasamos por alto. Cuanto más aproveches el poder del autocuidado, el instalador estará a cargo de las responsabilidades y las personas que dependen de ti. Así que date permiso para elegir una de tus propias necesidades y cumplirla lo antes posible.
Para algunos, el amor propio puede sentirse excesivo o excesivamente ambicioso, pero incluso los más escépticos entre nosotros dependen de los beneficios significativos para la salud de practicarlo.
Claro que sí, hay que quererse sobre todo a uno mismo y ya después podrás querer al resto.
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