martes, 12 de junio de 2018

Si me querías, ¿por qué me hiciste tanto daño?

Durante mucho tiempo estuvimos unidos por un dolor y un sentimiento. El sentimiento se añejo y dejo de ser quien era. Ese sentimiento hacía llamarse amor y ese dolor hacía llamarse necesidad. Un amor que por todo ese tiempo decías tener en cada parte de tu ser por mi, un amor que no cualquiera encontraría como lo hiciste tú, un amor que según tú por mucho tiempo no habías sentido antes de conocerme. Un dolor que fuiste creando dentro de mí, un dolor que hasta el momento sigue torturando mi alma por las noches y sigue recordando todo el daño que dejaste por aquí, tan dentro de mí.
He intentado olvidar cada momento en el que tu boca dijo un ‘te amo’, cada momento en el que tus brazos rodearon mi cintura diciéndome cuanto me habían extrañado. No he logrado borrar de mi piel cada una de tus caricias ni cada beso que tocaba mi piel de esa manera tan tierna. He querido olvidar cada uno de mis pensamientos que me llevan a ti, que me hacen extrañarte sabiendo todo el daño que dejaste y que he intentado olvidar. No quiero recordar todas esas veces que con una mirada podías hechizar me y derretir mi corazón de una manera que jamás nadie pudo lograr.

Nunca dude de tus palabras, no dude jamás de tu amor porque valore cada palabra que fue dicha por los labios que ame desde la primera vez que toque. Pero no fue todo esto suficiente porque pude darme cuanta de las heridas que fueron hechas por esos mismos labios, esas heridas que con cautela y cuidado fueron perfectamente hechas. Las garras fueron las mentiras que salían de tu boca, eran las ofensas disfrazadas con un perdón, fueron todas las promesas rotas y hundidas en el mar de un por siempre, ese por siempre que jamás llegará. Fueron todas esas veces que tus manos me rechazaron. 

Todo ese amor que en un principio tal vez fue pero que al final solo se congelo dentro de ese corazón frío que llevabas dentro y jamás quisiste recuperar. Fueron esos días de olvido, esos días de pretextos para ya no verme ni estar cerca de mí y esos días en los que me preguntaba ¿si tanto me ama por qué me hace tanto daño? Los daños y el dolor fueron a causa de todos esos momentos en los que te necesite y jamás estuviste allí, todas esas noches sin dormir intentando entender por qué me estabas rompiendo, entender que era lo que yo había hecho para merecer tal trato, tal ofensa que no pensé que algún día vendría de ti. Intentando comprender porque seguía ahí, porque seguía sintiendo amor y esperanza de que siguieras a mi lado y permanecieras ahí por toda la eternidad. Me rompió entender que una persona que ama no lastima y si lastima hace lo posible por recuperar lo perdido, por sanar las heridas y volver de nuevo al camino tratando de no herir de nuevo. Me rompió el darme cuenta que eso jamás paso entre nosotros y que tú jamás luchaste por ya no lastimar a la persona que decías tanto amar.

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