Me cuesta mucho hoy hablar contigo y pedirte que me disculpes, que comprendas el mal que he hecho, la soledad a la que me has sometido, al desprecio escondido tras noches sin hablarnos, tras las veces que dormiste en otra habitación para no tener que lidiar conmigo, me has herido tú también aunque yo soy la que me llevo la peor parte pues sea como sea yo sí soy de esas personas que se sienten mal por tener equivocaciones.Sufro mis traspies porque como algunas personas intento ser buena persona, intento hacer el bien y mírame atada a mis errores.
No puedo ni mirarte a la cara, profane nuestro lecho sagrado, profane las palabras dulces que con tanto cariño te las dije a ti, no tuve compasión al amor que un día nos tuvimos y lastime tanto las heridas que yo misma ya tenía. Es bien dicho la idea que propone lo complicado que es pedir perdón pero es aún más difícil intentar remediar lo mal hecho, corregir lo que ya se hizo equivocadamente. No puedo cambiar lo que hice, pero tal vez pueda llegar a sentirme mejor al pedirte perdón, al intentar compensar un poco las cosas que dije e hice.
Créeme que no lo hago por ti, hoy seré más sincera que nunca y confirmaré que nada de lo que digo lo hago por ti, no me interesa compensar solamente tu dolor pues sin importar lo que hayas sentido te lo mereces, porque a mí también me hiciste daño, me dejaste en el olvido y me hiciste creer que me lo merecía, que hiciste creer que yo era culpable, siendo que ese era tu error. Lo único que quiero es sentirme mejor, poner en paz mi consciencia e irme muy lejos de aquí, muy lejos de ti.
La vida te pone pruebas que llegan a ser complicadas pero ¿Qué le vamos a hacer? Me dolió, te dolió y es momento de hacer algo para cambiar eso, cambió mi sentimiento y ya pedí las disculpas que tenía que pedir, seguiré mi camino y tú ahora elige el tuyo.
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