sábado, 11 de abril de 2020

No estás para amar a medias. No estás para que te amen a medias.

Constantemente hablo del amor y lo hago porque en realidad el amor lo es todo. El amor es todo; es fuerza, es luz, es perdón, es felicidad, es trascendencia… Lo aprendí a través de las experiencias que he tenido y de lo que mis maestros de vida me han enseñado. Dicen que con amor todo lo puedes hacer, crear, o sanar; y es cierto. Con frecuencia, la mayoría de las personas dan todo para recibir todo, y, ese es el gran error. Yo siempre he dicho que cuando das algo, lo que sea, si lo das de corazón en realidad no esperas nada a cambio.

Porque no quieres un reconocimiento o algo parecido de la persona a la que se lo estás brindando; sólo quieres tener la satisfacción propia; por que eso es lo que realmente vale la pena. El sentirte bien contigo mismo porque hiciste feliz a alguien más, por que hiciste sonreír a un ser humano sin saber si tuvo o no tuvo un mal día, compartir tu luz, eso es gratificante, al menos para mí.

Cuando tenemos pareja, es exactamente lo mismo. Todos dicen que debemos ser recíprocos y dar lo que recibimos. Pero, ¿qué pasa cuando uno de los 2 solamente está dando un 50% de sí mismo y el otro está dando el 100%? ¿Duele no? Porque quieres a la persona, y le estás brindando lo mejor de ti, sin importar cuál sea la recompensa, o la enseñanza. Muchas personas te van a decir que le brindes lo mismo que estás recibiendo, que le des el mismo trato, ¿pero sabes? En un mundo actual, como el nuestro, están a punto de extinguirse los individuos con la capacidad de amar al cien. Y cuando digo «al cien» me refiero a dar todo de sí mismos. Existen todo tipo de personas aquí, están las que juegan con otro ser humano tanto sentimental como emocionalmente. Los que quieren a medias, los que buscan solamente divertirse y bueno, están las personas que te humillan y lastiman, hasta que finalmente, dejas de creer.

En el amor, no hay puntos medios. Es todo o es nada. ¿Y qué mejor que dar todo? El dar todo, no significa que estés humillándote ni asegurándole a tu pareja que estarás ahí siempre. El dar todo en una relación es aprender a compartir lo que yo tengo (mi luz y mi oscuridad, es decir, lo bueno y lo malo de mí), es apoyar al individuo cuando más te necesite, ¿porque supongo que has pasado por algún momento difícil en el que te has encontrado completamente solo cierto?

Es justamente por esa razón que lo mejor es pagar con la otra cara de la moneda, la buena; el lado positivo de la situación. El dar todo es amar sin condición, sin excepciones, completamente. Es perder el miedo al fracaso, a la decepción, al sufrimiento; porque te quedas con la satisfacción de que tú siempre diste lo mejor de ti, jamás dejaste de ser consistente y eso es premiado siempre.

Así que si ahora estás a lado de alguien a quien quieres, o amas, da todo de ti. No importa qué pase después, por que ni tú mismo sabes si existe un mañana. No importa qué tan mal estén las cosas, nunca es tarde para hacer lo correcto… Y sobre todo, enamórate de ti para que puedas enamorar a tu pareja. Aprovecha cada minuto que tienes al lado de todas las personas que amas. No te quedes en la mediocridad, ni en los puntos medios; recuerda siempre eso, o es TODO o es NADA. Enfrenta las situaciones tal y como vengan, que si de algo estoy muy segura, es de que las pruebas más difíciles, son para los guerreros más fuertes. Siempre da sin esperar, porque cuando no esperas nada, sin duda… llega todo.

El amor es pureza, no se divide ni se fracciona, es sabiduría, es literatura.

lunes, 6 de abril de 2020

El perdón es una palabra que no existe en tu vocabulario

¿Qué haces al pensar que me has lastimado?… Quiero saber que es lo que piensas cuando sabes que has hecho algo que me ha herido. ¿No se supone que hay amor hacia mí dentro de tu corazón? Si la respuesta a esta pregunta es un si, entonces no puedo comprender el porqué me has lastimado tantas veces y de diferentes maneras. No puedo comprender como una persona que se supone que siente amor por ti, no sienta absolutamente nada al lastimarte, al lastimar a esa persona por la cual se supone que daría todo.

Quiero pensar que las cosas que hemos hecho, que todo eso que hemos pasado aún toman un valor para ti. Quiero pensar que todas esas veces que me has lastimado han sido sin darte cuenta, porque al parecer no has sentido nada, no has sentido ganas de por lo menos expulsar un… perdón.


Tienes que aprender a pedir perdón cuando sabes que a la persona que le estás haciendo daño es importante para ti, cuando sabes que las cosas que has hecho han lastimado a la persona que se supone amas con tu corazón y le has prometido que harías lo posible por nunca lastimarla, por nunca hacer algo que dañe su corazón. Es lamentable ver como no te importa cuando has visto que me lastimas, ver que te vas y no haces nada por lamentarlo, por pedir una disculpa, por lo menos antes de irte para evitar ver de nuevo las lagrimas de lo que has hecho.

Sabes que me has lastimado, y sabes que lo sigues haciendo al quedarte de pie, ahí de brazos cruzados, sin hacer nada para remediar lo que has hecho. Me lastimas al no hacer nada por resolver los problemas y luchar para que esta relación no se destruya, para que podamos seguir juntos y que nadie ni nada nunca pueda separarnos. Pero no es así, las cosas dejas que se te vayan de las manos, no haces nada para que nuestra relación siga hacia adelante, sino que lo único que haces es alejarte cada vez más de mí y pretender que las cosas se solucionarán solas. No sé porqué lo haces; no sé si no te importa o en verdad no sabes como hacerlo.

El perdón es una palabra que puede solucionar miles de problemas, de separaciones y conflictos. Tu problema es que esta palabra no existe en tu vocabulario, porque no sabes pedir un perdón cuando sabes que has hecho las cosas mal, porque tú sabes cuando te has equivocado, sabes cuando es tu culpa y cuando no lo es.

Creo que no hay nada que hacer aquí si no has aprendido a utilizar un perdón como debe utilizarse; cuando no pones nada de tu parte por cambiar y valorarme mientras estoy a tu lado; cuando no haces nada por pedir un perdón y demostrarme que hay amor de tu parte y hacer que todas las cosas mejoren mientras estoy a tu lado, porque el amor que “sientes” hace que sientas dolor al hacerme daño. Pero creo que todo esto es un sueño, porque no hay algo que te haga decir un perdón y hacer lo posible para no volver a hacerme daño.

jueves, 2 de abril de 2020

La vida es tranquila hasta que te gusta alguien.


Todo se vuelve un caos, tu mente y cuerpo confabula contigo y contra ti también. Y es que cuando conoces a esa persona que te mueve el piso tratas de estar completamente perfecta para que te vea, desde la punta de los pies hasta la cabeza. Por un momento todo gira alrededor de tu ropa, maquillaje, cabello y uñas, en definitiva pierdes la cabeza por esta razón y por la mezcla de emociones dentro de tu mente.


Y bien dice: estamos bien, somos nosotros mismos quienes buscamos j@$#&%s. No hay nada de malo en el asunto, solo que de cierto modo sabes que te perjudicas en varios sentidos, tu mente solo piensa en esa persona y cuando verla, si esta sola o no, y lo más importante si siente lo mismo por ti. Entonces la ansiedad te invade, estas más al pendiente de los mensajes y redes sociales que de tu propia vida, si le da “like” a tus fotos y si lo hace con alguien en particular, en sí vas buscando e indagando en su vida personal.

Te vuelves esclava del horóscopo, y buscas el de él para ver si coincide contigo, tu misma te dices ¡Estoy perdiendo la cabeza! Pero algo llamado gusto te borra de inmediato esa oración y sigue trabajando en tu mente tranquilamente como lo hace un contador en su oficina. Es sencillo, no es tu culpa son las hormonas, el momento y la simpatía del otro que hace pierdas el control.

Créanme, nuestra vida es muy tranquila y permanece así hasta que aparece alguien para sabotear el momento, y aunque quieres mantener la calma solo deseas salir corriendo lanzarte sobre esa persona y robarle unos cuantos besos. Pero es normal, somos mujeres y estamos un tanto locas.