domingo, 13 de diciembre de 2020

Nadie pierde por dar amor, pierde quien no sabe recibirlo

Nadie pierde por dar amor, porque ofrecerlo con sinceridad, con pasión y delicado afecto nos dignifica como personas. En cambio, quien no sabe recibirlo ni cuidar ese inmenso regalo es quien pierde de verdad. Por ello recuerda, nunca te arrepientas de haber amado y haber perdido, porque lo peor es no saber amar.

Afortunadamente la neurociencia va ofreciéndonos día tras día reveladoras informaciones que nos explican por qué actuamos como actuamos en esto del amor. Lo primero que conviene recordar es que el cerebro humano no está preparado para la pérdida, nos supera, nos inmoviliza y nos enclaustra durante un tiempo en el palacio del sufrimiento.

Estamos programados genéticamente para conectar entre nosotros y para construir lazos emocionales con los que sentirnos seguros, con los que edificar un proyecto. Es así como hemos sobrevivido como especie, “conectando”, de ahí que una pérdida, una separación e incluso un simple malentendido haga que salte al instante la señal de alarma en nuestro cerebro.

Ahora bien, otro aspecto complejo sobre el tema de las relaciones afectivas es el modo en el que afrontamos dicha separación, dicha ruptura. Desde un punto neurológico cabe decir que empiezan a liberarse al instante las hormonas del estrés, conformando en muchos casos lo que se conoce como “el corazón roto“. Sin embargo, desde un punto emocional y psicológico, lo que sienten muchas personas es otro tipo de realidad.

No solo experimentan el dolor por la falta del ser amado. Sienten una pérdida de energía, de aliento vital. Es como si todo el amor dado, todas las esperanzas y afectos dedicados a esa persona se hubieran ido también, dejándolos vacíos, yermos, marchitos…

Entonces… ¿cómo volver a amar de nuevo si lo único que habita en nuestro interior es el polvo de un mal recuerdo? Es necesario que afrontemos estos momentos de otro modo. Te hablamos de ello a continuación.

Dar amor o evitar amar de nuevo

Todos nosotros somos un delicado y caótico compendio de historias pasadas, de emociones vividas, de amarguras soterradas y miedos camuflados. Cuando se inicia una nueva relación nadie lo hace enviando previamente todas sus experiencias pasadas a la papelera de reciclaje. Nadie empieza de “0”. Todo está ahí, y el modo en que hayamos gestionado nuestro pasado hará que vivamos un presente afectivo y emocional con mayor madurez, con mayor plenitud.

Ahora bien, el hecho de haber vivido en piel propia una amarga traición o, sencillamente, percibir que el amor se ha apagado en el corazón de nuestra pareja cambia mucho el modo en que vemos las cosas. Dar amor con intensidad durante una época determinada, para después quedarnos vacíos y enclaustrados en la habitación de los recuerdos y las ilusiones perdidas, cambia muchas veces la arquitectura de nuestra personalidad.



No falta quien se vuelve desconfiado, e incluso quien desarrolla poco a poco la gélida y férrea coraza del aislamiento donde interiorizar el clásico mantra de “mejor no amar para no sufrir“. Sin embargo, es necesario derribar una idea básica en estos procesos de lenta “autodestrucción”.

Nunca debemos arrepentirnos de haber amado, de habernos arriesgado a un todo o nada por esa persona. Son esos actos los que nos dignifican, los que nos hacen ser humanos y maravillosos a la vez. Vivir es amar y amar es dar sentido a nuestras vidas a través de todas las cosas que hacemos: nuestro trabajo, nuestras aficiones, nuestras relaciones personales y afectivas…

Si renunciamos a amar o nos arrepentimos por haberlo ofrecido, renunciamos también a la parte más hermosa de nosotros mismos.

Sanar el amor perdido

Según un estudio llevado a cabo en la University College London, existen ciertas diferencias entre hombres y mujeres a la hora de afrontar una ruptura afectiva. La respuesta emocional parece ser muy distinta. Las mujeres sienten mucho más el impacto de la separación, sin embargo es común que se repongan antes que los hombres.

Ellos, por su parte, suelen aparentar estar bien, se visten con la máscara de la fortaleza refugiándose en sus ocupaciones y responsabilidades. Sin embargo, no siempre logran superar esa ruptura o tardan años en hacerlo. ¿La razón? El sexo femenino suele disponer de mejores habilidades para gestionar su mundo emocional. Facilitar el desahogo, buscar apoyo y afrontar lo ocurrido desde una perspectiva donde se halla el perdón y la actitud de pasar página suele hacer las cosas más fáciles.

Sea como sea, y más allá de los géneros o del motivo que haya originado esa ruptura, quedan claras algunas cosas que es necesario inocular en nuestro corazón a modo de vacuna. Ningún fracaso emocional debe vetarnos nuestra oportunidad de ser felices de nuevo. Digamos “no” a ser esclavos del pasado y eternos cautivos del sufrimiento.

Otro aspecto que es bueno recordar es que amar no es sinónimo de sufrir. No alimentemos esperanzas o alarguemos el “chicle” de una relación que de antemano tiene fecha de caducidad. Una retirada a tiempo salva corazones y un adiós valiente cierra una puerta para abrir otra, esa donde el amor se conjuga siempre con la palabra FELICIDAD.

sábado, 11 de abril de 2020

No estás para amar a medias. No estás para que te amen a medias.

Constantemente hablo del amor y lo hago porque en realidad el amor lo es todo. El amor es todo; es fuerza, es luz, es perdón, es felicidad, es trascendencia… Lo aprendí a través de las experiencias que he tenido y de lo que mis maestros de vida me han enseñado. Dicen que con amor todo lo puedes hacer, crear, o sanar; y es cierto. Con frecuencia, la mayoría de las personas dan todo para recibir todo, y, ese es el gran error. Yo siempre he dicho que cuando das algo, lo que sea, si lo das de corazón en realidad no esperas nada a cambio.

Porque no quieres un reconocimiento o algo parecido de la persona a la que se lo estás brindando; sólo quieres tener la satisfacción propia; por que eso es lo que realmente vale la pena. El sentirte bien contigo mismo porque hiciste feliz a alguien más, por que hiciste sonreír a un ser humano sin saber si tuvo o no tuvo un mal día, compartir tu luz, eso es gratificante, al menos para mí.

Cuando tenemos pareja, es exactamente lo mismo. Todos dicen que debemos ser recíprocos y dar lo que recibimos. Pero, ¿qué pasa cuando uno de los 2 solamente está dando un 50% de sí mismo y el otro está dando el 100%? ¿Duele no? Porque quieres a la persona, y le estás brindando lo mejor de ti, sin importar cuál sea la recompensa, o la enseñanza. Muchas personas te van a decir que le brindes lo mismo que estás recibiendo, que le des el mismo trato, ¿pero sabes? En un mundo actual, como el nuestro, están a punto de extinguirse los individuos con la capacidad de amar al cien. Y cuando digo «al cien» me refiero a dar todo de sí mismos. Existen todo tipo de personas aquí, están las que juegan con otro ser humano tanto sentimental como emocionalmente. Los que quieren a medias, los que buscan solamente divertirse y bueno, están las personas que te humillan y lastiman, hasta que finalmente, dejas de creer.

En el amor, no hay puntos medios. Es todo o es nada. ¿Y qué mejor que dar todo? El dar todo, no significa que estés humillándote ni asegurándole a tu pareja que estarás ahí siempre. El dar todo en una relación es aprender a compartir lo que yo tengo (mi luz y mi oscuridad, es decir, lo bueno y lo malo de mí), es apoyar al individuo cuando más te necesite, ¿porque supongo que has pasado por algún momento difícil en el que te has encontrado completamente solo cierto?

Es justamente por esa razón que lo mejor es pagar con la otra cara de la moneda, la buena; el lado positivo de la situación. El dar todo es amar sin condición, sin excepciones, completamente. Es perder el miedo al fracaso, a la decepción, al sufrimiento; porque te quedas con la satisfacción de que tú siempre diste lo mejor de ti, jamás dejaste de ser consistente y eso es premiado siempre.

Así que si ahora estás a lado de alguien a quien quieres, o amas, da todo de ti. No importa qué pase después, por que ni tú mismo sabes si existe un mañana. No importa qué tan mal estén las cosas, nunca es tarde para hacer lo correcto… Y sobre todo, enamórate de ti para que puedas enamorar a tu pareja. Aprovecha cada minuto que tienes al lado de todas las personas que amas. No te quedes en la mediocridad, ni en los puntos medios; recuerda siempre eso, o es TODO o es NADA. Enfrenta las situaciones tal y como vengan, que si de algo estoy muy segura, es de que las pruebas más difíciles, son para los guerreros más fuertes. Siempre da sin esperar, porque cuando no esperas nada, sin duda… llega todo.

El amor es pureza, no se divide ni se fracciona, es sabiduría, es literatura.

lunes, 6 de abril de 2020

El perdón es una palabra que no existe en tu vocabulario

¿Qué haces al pensar que me has lastimado?… Quiero saber que es lo que piensas cuando sabes que has hecho algo que me ha herido. ¿No se supone que hay amor hacia mí dentro de tu corazón? Si la respuesta a esta pregunta es un si, entonces no puedo comprender el porqué me has lastimado tantas veces y de diferentes maneras. No puedo comprender como una persona que se supone que siente amor por ti, no sienta absolutamente nada al lastimarte, al lastimar a esa persona por la cual se supone que daría todo.

Quiero pensar que las cosas que hemos hecho, que todo eso que hemos pasado aún toman un valor para ti. Quiero pensar que todas esas veces que me has lastimado han sido sin darte cuenta, porque al parecer no has sentido nada, no has sentido ganas de por lo menos expulsar un… perdón.


Tienes que aprender a pedir perdón cuando sabes que a la persona que le estás haciendo daño es importante para ti, cuando sabes que las cosas que has hecho han lastimado a la persona que se supone amas con tu corazón y le has prometido que harías lo posible por nunca lastimarla, por nunca hacer algo que dañe su corazón. Es lamentable ver como no te importa cuando has visto que me lastimas, ver que te vas y no haces nada por lamentarlo, por pedir una disculpa, por lo menos antes de irte para evitar ver de nuevo las lagrimas de lo que has hecho.

Sabes que me has lastimado, y sabes que lo sigues haciendo al quedarte de pie, ahí de brazos cruzados, sin hacer nada para remediar lo que has hecho. Me lastimas al no hacer nada por resolver los problemas y luchar para que esta relación no se destruya, para que podamos seguir juntos y que nadie ni nada nunca pueda separarnos. Pero no es así, las cosas dejas que se te vayan de las manos, no haces nada para que nuestra relación siga hacia adelante, sino que lo único que haces es alejarte cada vez más de mí y pretender que las cosas se solucionarán solas. No sé porqué lo haces; no sé si no te importa o en verdad no sabes como hacerlo.

El perdón es una palabra que puede solucionar miles de problemas, de separaciones y conflictos. Tu problema es que esta palabra no existe en tu vocabulario, porque no sabes pedir un perdón cuando sabes que has hecho las cosas mal, porque tú sabes cuando te has equivocado, sabes cuando es tu culpa y cuando no lo es.

Creo que no hay nada que hacer aquí si no has aprendido a utilizar un perdón como debe utilizarse; cuando no pones nada de tu parte por cambiar y valorarme mientras estoy a tu lado; cuando no haces nada por pedir un perdón y demostrarme que hay amor de tu parte y hacer que todas las cosas mejoren mientras estoy a tu lado, porque el amor que “sientes” hace que sientas dolor al hacerme daño. Pero creo que todo esto es un sueño, porque no hay algo que te haga decir un perdón y hacer lo posible para no volver a hacerme daño.

jueves, 2 de abril de 2020

La vida es tranquila hasta que te gusta alguien.


Todo se vuelve un caos, tu mente y cuerpo confabula contigo y contra ti también. Y es que cuando conoces a esa persona que te mueve el piso tratas de estar completamente perfecta para que te vea, desde la punta de los pies hasta la cabeza. Por un momento todo gira alrededor de tu ropa, maquillaje, cabello y uñas, en definitiva pierdes la cabeza por esta razón y por la mezcla de emociones dentro de tu mente.


Y bien dice: estamos bien, somos nosotros mismos quienes buscamos j@$#&%s. No hay nada de malo en el asunto, solo que de cierto modo sabes que te perjudicas en varios sentidos, tu mente solo piensa en esa persona y cuando verla, si esta sola o no, y lo más importante si siente lo mismo por ti. Entonces la ansiedad te invade, estas más al pendiente de los mensajes y redes sociales que de tu propia vida, si le da “like” a tus fotos y si lo hace con alguien en particular, en sí vas buscando e indagando en su vida personal.

Te vuelves esclava del horóscopo, y buscas el de él para ver si coincide contigo, tu misma te dices ¡Estoy perdiendo la cabeza! Pero algo llamado gusto te borra de inmediato esa oración y sigue trabajando en tu mente tranquilamente como lo hace un contador en su oficina. Es sencillo, no es tu culpa son las hormonas, el momento y la simpatía del otro que hace pierdas el control.

Créanme, nuestra vida es muy tranquila y permanece así hasta que aparece alguien para sabotear el momento, y aunque quieres mantener la calma solo deseas salir corriendo lanzarte sobre esa persona y robarle unos cuantos besos. Pero es normal, somos mujeres y estamos un tanto locas.

martes, 31 de marzo de 2020

Es mejor no forzar nada

Hoy quiero empezar con una frase que vi, me llamo mucho la atención porque soy un poco incrédula en estas cosas, sin embargo me he dado cuenta que algo de verdad ahi en esas palabras.

Dicen que donde se amo de verdad,siempre regresaras.

Es cierto cuando lo dicen, porque siempre que vuelves, espero el día que me digas adiós, que ya repitas las mismas palabras que me dices siempre: "Usted y yo somos totalmente diferentes, mejor usted por su lado y yo por el mio".


Tenemos tantos años de conocernos que se cuando me mientes, pero ¿y tu? ; Hasta cuando te vas a seguir mintiendo?, estoy segura, que crees que si lo repites, las veces necesarias, vas a terminar creyéndote a ti mismas las mentiras que repites constantemente.

He estado recordando los momentos que me diste, Cuantos tu me diste  y porque ahora estoy aquí

Sentada en el suelo pensando que te quiero, Que te quise tanto, y que tu amor me es necesario, Fueron tan bellos encuentros, amarnos sin miedo, Eres tu la noche y yo tu sueño, tu mi cuenta cuentos, Te olvidare, te lo juro, lo siento, Tu amor me hace daño, Y esto no puedes ya arreglarlo
Pero amor como el mío no hallarás por ahí, Porque este amor apuesta hasta por mi

Déjenme llorar quiero sacarlo de mi pecho,Con mi llanto apagar este fuego que arde adentro, Déjenme llorar quiero despedirme en silencio, Hacer mi mente razonar que para esto no hay remedio.

No te miento, te quise tanto y recuerdo cuando te veía y eran con las ganas de saber como bailas, y la intrigan de a que saben tus besos, y esas ganas de volvernos a encontrar de nuevo. Es verdad he cambiado, no soy la misma de ayer y me acorde de esa canción que escuchábamos siempre y que sonaba en todo sitio que estábamos y recuerdo al son de la canción que no estas, que ya no podre verte mas. 


Claro que te extraño, maldita sea, es inevitable. Claro que quiero estar contigo, que estés aquí conmigo, besándome, acariciándome, sentarme encima tuyo y sientas mi peso. Nunca he dicho lo contrario, me haces falta, si voy por la calle, en la cola del supermercado, al sacar la basura, al pasarme un semáforo en rojo, eres parte de mi vida, de mis pequeños instantes. ¿Como te saco de cada uno?

Te extraño... Entiéndelo. Pero no voy a llamarte, ni a escribirte algo directo, solo un montón de indirectas en mis estados o en escritos como este. Cariño quiero estar contigo, pero dueles mas de lo que alegras, nunca había sido tan feliz con alguien, pero tampoco alguien me había hecho sentir tan miserable. Yo prefiero recordarte como algo bueno, sonreír si es necesario, y es verdad que me mato a diario con un whisky, pero volver contigo seria más suicida, más dramático, es jugar a la ruleta con una bala, jugar con el cuchillo entre los espacios de los dedos.



Te quiero, pero quiero querer a alguien más, voy a empezar con ese que aparece en el espejo. Voy a conocerla, a recordarla, y a gritarle, si es necesario, que no te necesita, que nunca se debe volver al mismo lugar donde te hicieron mierda.










domingo, 29 de marzo de 2020

No me cambiaste por algo mejor, me cambiaste por algo más fácil

No me preocupe el día que me di cuenta del día en que te fuiste de mi vida y me di cuenta la razón por ala que lo hacías. El día en que me di cuenta de que me cambiabas por alguien más y que ella era la razón por la que estabas abandonando una vid a mi lado, esa vida que habías planeado a mi lado, también me di cuenta de que no tenía porqué sentirme mal, pues me estabas cambiado no por alguien mejor, sino por alguien que fue más fácil, que te estaba dando algo que yo no podía darte y no precisamente amor. El día en que te vi alejarte de mí pensé que te estabas yendo porque no había sido suficiente lo que to te había entregad, todas esas cosas que yo te había dado habían caído en el vacío que no llenaron nada en ti, pero después de darme cuenta de la calidad de la persona por la que me estabas cambiando me sentí mucho mejor, pues en realidad me estabas cambiando por algo que no valía la pena, por algo que te había robado la inteligencia y la razón por la que habías estado a mi lado.

Lo que encontraste en ella fue facilidad de tenerla, te diste cuenta que era mucho para ti, que no podrías seguir estando a mi lado porque no te merecía, porque era demasiado para ti y es por eso que encontraste a alguien que fuera inferior a mí, que no te recordará lo que y fui en tu vida porque sabías que con todo lo que pase a tu lado lo había marcado en tu alma. Comprendo que te hayas alejado sin decirme la razón, sin decir nada más y solo largarte con una persona que tenías tan poco de conocer. Sé que aún te falta mucho por saber de ella y es algo nuevo que te atrae, algo que te hace seguir a su lado y conocerla mucho más, pues a mí me conocías completamente, porque yo había sido completamente sincera contigo, porque te amaba y siempre estuve dispuesta de entregarte todo lo que yo era.

Hoy te has ido y lo único que quiero es que no vuelvas; quiero que me prometas que por nada volverás a mi lado a buscar lo que yo te daba y que en ella jamás lo encontrarás. Dime por favor que no me buscarás y que no trataras de convertirla en lo que yo soy, porque si te has largado con ella es porque has encontrado algo que no tengo yo; y me alegro por ello, pues sé que no soy como ella, que no soy de su clase y eso me hace sentir mucho mejor. Si seguía a tu lado era porque pensé que sentías lo mismo que yo, pero si me hubieras dicho que te irías yo hubiera sido la primera en retirarse de una vida que se había convertido en una mentira. No quiero que vuelvas cuando te des cuenta de que no era ella lo que querías, que no te ha podido dar lo que yo te di y que jamás te amará como yo un día lo hice.