No soy nadie para venir a dar un discurso sobre ser valiente, solo quiero compartirles mi experiencia, y decirles que incluso personas como yo que no brillamos por ser valientes podemos tomar las decisiones correctas a pesar del miedo y actuar incluso aterradas, porque no es malo sentir miedo, lo malo es quedarte paralizada ante él, lo malo es permitir que tus miedos dominen tu vida, no tiene nada de malo salir temblando a intentar aquello que realmente queremos, lo malo es no hacerlo solo por temor a fracasar.
El miedo ha jugado un papel muy importante para nuestra evolución, el saber reconocer el peligro y alejarnos rápidamente de él ha hecho que nuestra raza siga viva, y esas reacciones ante el miedo nos han sido heredadas por nuestros ancestros para asegurar nuestra supervivencia, y si bien se agradece que ellos tuvieran el reflejo innato de correr o alejarse de las situaciones que pudieran haberles llevado a la muerte y por consiguiente si ellos murieran no existiríamos nosotros ahora, el miedo en la vida moderna muchas veces termina siendo una limitante absurda, una pared inamovible que nos limita a mantenernos solo dentro del entorno que ya conocemos.
No está nada mal para aquellos que se sientan realizados con su vida, que estén contentos con lo que tienen, pero para las personas que buscamos algo mejor y que no nos hemos conformado con nuestra situación actual puede ser un gran enemigo y es que yo de verdad admiro a esas mujeres que se sobreponen a sus miedos y fracasos, estoicas, valientes, inquebrantables, aquellas que no le temen a nada o si a algo le temen van a enfrentarlo hasta superar sus miedos, pero yo no soy para nada como ellas, a mí el miedo me paraliza de los pies a la cabeza, me vuelvo torpe, tartamudeo, sudo por todos los poros un sudor frio que me deja con una sensación de incapacidad absoluta.
El miedo para mi es algo que me impide hacer lo que quiero, o al menos así era, hasta que una amiga a la que yo admiraba mucho porque me parecía la persona más valiente que yo conocía me dijo “todos tenemos miedo, y el que no lo tenga es un idiota”, de cualquier manera “no se puede ser valiente sin miedo”, ya que sin temor no habría a que sobreponerse, ser valiente significa actuar a pesar del miedo, ser valiente es salir de ese parálisis para comenzar a mover un musculo a la vez y una vez que comenzaste a avanzar hacia eso que te atemoriza no te detengas o volverás a quedar paralizada.
La verdad es que es mucho mejor actuar a pesar del miedo que sentir ese eterno reproche de no haberlo intentado, el miedo dura solo un momento, la desesperación de no haber actuado puede durar una vida, y cada vez que no eres capaz de actuar refuerzas esa incapacidad tuya de afrontar tus temores, así que si eres como yo, solo puedo darte un consejo, cuando quieras hacer algo hazlo, y si tienes miedo hazlo con miedo, da un paso a la vez y no dejes de avanzar, y una vez que pases por eso, te darás cuenta de que no era tan horrible como lo imaginabas, y cada vez tendrás más confianza en ti misma.
lunes, 9 de julio de 2018
martes, 3 de julio de 2018
No tengas miedo de perder pues es la manera en la que aprenderás a ganar
El miedo es una piedra en nuestro camino y muchas de las veces necesitamos dejar de temerle a lo desconocido para comenzar a vivir, para comprender lo que vale la pena allá afuera que nos está esperando y que por no obtenerlo no hemos descubierto que existe algo que nos ha estado esperando durante todo este tiempo en el que nos ocultamos detrás de todos nuestros temores. Los miedos no hacen más débiles y no nos permiten ver las cosas a. Nuestro alrededor que siempre ha valido la pena, cosas que han estado ahí ara nosotros pero que no nos hemos atrevido a tomar con nuestras manos porque no hemos tenido el valor. Podemos tomar todo ese valor con la inspiración de todos los que están a nuestro alrededor apoyándonos y que sabemos que estarán ahí en las buenas y también en las malas.
Tenemos que dejar ir todos esos pensamientos obscuros que nos llenan la cabeza de mentiras y cosas absurdas que nos impiden seguir adelante, que no nos dejan ver todas las cosas que valen la pena y que han estado siempre frente a nosotros pero que no les hemos dado la importancia que realmente merecen. No tengas miedo de fracaso, de perderlo todo, porque el perder es una buena manera de aprender a ganar, ganar en cualquiera de nuestras metas. El no tener miedo, es comenzar a luchar por nuestros sueños, de descubrir cosas desconocidas que nos pueden llevar al éxito, conocer nuevas personas pero sobre todo conocer y tocar nuevas experiencias que pueden cambiar el resto de nuestras vidas.
Abre tus ojos porque es momento de que te des cuenta de que hay algo más esperándote allá afuera, que te hará más fuerte y confiado para seguir adelante y conseguir todas esas cosas que siempre has espero. El perder el miedo al fracaso logrará que intentes cosas que nunca pensaste intentar y que si fracasas volverás a comenzar tomando valor de seguir adelante sin miedo de volver a peder; no importa cuantas veces sean las que pierdas porque en cada una de ellas tomarás la experiencias que necesitas para volver a intentarlo pero esta vez obtener éxito y no volver a fracasar. El fracaso es una manera de aprender y darte cuenta que las cosas que valen la pena se tiene que luchar para obtenerlas, que no puedes solo estirar tus brazos, abrir tus manos y obtener las cosas sin antes haber luchado. En cada pelea, en cada fracaso aprenderás a no volver a cometer tus mismos errores y de esta manera podrás convertirte en una mejor perdona todos los días.
Sigue este consejo y observa todo lo que quieres, toma lo que necesites para come zar tu camino y lucha por obtenerlo sin pensar en el fracaso pero tampoco en el éxito. Tienes que comprender que no todo podremos obtener en esta vida, pero que eso tiene que verse, pues si te esfuerzas y pones todo de tu parte podrás lograrlo a pesar de lo que se diga allá afuera. No tengas miedo a perder y abre tus brazos a las experiencias.
Tenemos que dejar ir todos esos pensamientos obscuros que nos llenan la cabeza de mentiras y cosas absurdas que nos impiden seguir adelante, que no nos dejan ver todas las cosas que valen la pena y que han estado siempre frente a nosotros pero que no les hemos dado la importancia que realmente merecen. No tengas miedo de fracaso, de perderlo todo, porque el perder es una buena manera de aprender a ganar, ganar en cualquiera de nuestras metas. El no tener miedo, es comenzar a luchar por nuestros sueños, de descubrir cosas desconocidas que nos pueden llevar al éxito, conocer nuevas personas pero sobre todo conocer y tocar nuevas experiencias que pueden cambiar el resto de nuestras vidas.
Abre tus ojos porque es momento de que te des cuenta de que hay algo más esperándote allá afuera, que te hará más fuerte y confiado para seguir adelante y conseguir todas esas cosas que siempre has espero. El perder el miedo al fracaso logrará que intentes cosas que nunca pensaste intentar y que si fracasas volverás a comenzar tomando valor de seguir adelante sin miedo de volver a peder; no importa cuantas veces sean las que pierdas porque en cada una de ellas tomarás la experiencias que necesitas para volver a intentarlo pero esta vez obtener éxito y no volver a fracasar. El fracaso es una manera de aprender y darte cuenta que las cosas que valen la pena se tiene que luchar para obtenerlas, que no puedes solo estirar tus brazos, abrir tus manos y obtener las cosas sin antes haber luchado. En cada pelea, en cada fracaso aprenderás a no volver a cometer tus mismos errores y de esta manera podrás convertirte en una mejor perdona todos los días.
Sigue este consejo y observa todo lo que quieres, toma lo que necesites para come zar tu camino y lucha por obtenerlo sin pensar en el fracaso pero tampoco en el éxito. Tienes que comprender que no todo podremos obtener en esta vida, pero que eso tiene que verse, pues si te esfuerzas y pones todo de tu parte podrás lograrlo a pesar de lo que se diga allá afuera. No tengas miedo a perder y abre tus brazos a las experiencias.
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